Comparando la historia del Espiritismo com la del Cristianismo Primitivo, podemos sacar algunas conclusiones importantes para el futuro de nuestra doctrina y el de su movimento social.
El Cristianismo, cuya pureza doctrinaria del Evangelio y simplicidad de organizacion funcional de los primeros núcleos cristianos fue conquistando lenta y seguramente la sociedad de su epoca, sufrio con el tiempo un desgaste ideologico. Se corrompio por fuerza de los intereses políticos, financieros e institucionales. Los nuevos adeptos y sus líderes, no consiguiendo penetrar en la esencia del Evangelio, que es regeneracion, o sea, la mortificacion dolorosa del mundo interior y la reversion de las actitudes exteriores, adaptaron el mismo a sus conveniencias psico-sociales, atacando sus ideas mas contundentes con la moral animalizada, alimentando los mecanismos de defensa de la mente, haciendo concesiones a las debilidades de los adeptos y desviandolos para el comodismo de disfrazados rituales exteriores. Represion de fuerzas espirituales espontaneas e ideas consideradas amenazadoras al clero, como la mediunidad y la reencarnacion; la falsificacion de tradiciones y la adoccion del sincretismo de costumbres barbaras, fueron las principales estrategias de esa clericalizacion del cristianismo.
El resultado de todo eso es bien conocido: dos millenios de intolerancias, violencias, atraso espiritual, perpetuacion de las injusticias sociales, agravamiento de compromisos com la ley de accion y reaccion, y fuerte comprometimento de la regeneracion de nuestro planeta.
Con el Espiritismo no está siendo muy diferente.
Apesar de las advertencias de los Espíritos y del propio Allan Kardec cuanto a los períodos históricos y tendencias del movimento, los espíritas insisten en cometer los mismos errores del pasado. Los mismos errores porque probablmente somos las mismas almas que rechazaron y desviaron el Cristianismo de su vocacion y ahora posamos de puristas ortodoxos, enemigos ocultos del Espírito de Verdad.
Negligentes con la oracion y la vigilancia, cedemos constantemente a los tentáculos del poder y de la vanidad. Despreciamos a toda hora la ideia de “amaos e instruíos”, entendiendolo egoisticamente, como fortalecimento intelectual competitivo, como el relajamiento de los valores doctrinarios. No conseguiendonos adaptar al Espiritismo, comprendiendo y vivenciando sus verdades, vamos poco a poco adaptando la doctrina a nuestros limites, corrompiendo los textos de la codificacion, ignorando la experiencia histórica de Allan Kardec y de sus colaboradores, trayendo para los centros espíritas practicas dogmaticas de nuestras preferencias religiosas, hábitos políticos de las agremiaciones que frecüentamos y mas comunmente las interferencias negativas de nuestros caprichos y vanidades personales.
Como los primeros cristianos, tambien luchamos por el crecimiento de nuestras instituciones, dejandonos seducir por el mundo exterior e imitando a los grupos ya pervertidos, construyendo palacios arquitectonicos, cuya finalidad siempre fue causar impresion a los ojos y la falsa idea de prestígio político; y dentro de ellos praticamos as mesmas hazañas de deslealtad, de las rivalidades, de las persecusiones a los desafectos, de la auto-afirmacion y lideranza autoritaria, de crítica y boycot a las ideas que no compartimos.
Y, finalmente, cultivamos un equívocado concepto de unificacion, esperando ingenuamente que nuestras ideas y grupos sean mayoria en un Gran Órgano Dirigente del Espiritismo Mundial, de nuestra imaginacion, y muchas otras fantasias que ni vale la pena enumerar aqui.
Y asi caminamos, unidos en nuestras displicencias y divididos en las responsabilidades. Preferimos olvidar figuras ejemplares que actuaron en la Sociedade Espírita de Paris cuando ignoramos nuestra história sabiamente registrada en la Revista Espírita. Dejamos de lado líderes agregadores – aunque divergencias normales y tolerables existiesen entre ellos – para oir y dejarnos dominar por un disfrazado clero institucional, comandado por voces medíocres y celosas, higueras esteriles, sofistas encantadores e improductivos, en fin, viejas almas y viejas tendencias, vino añejo y frutas podridas en nuestros mas queridos graneros doctrinarios.
Mas, como evitar ese proceso de corrupcion y, en algunos casos notórios, de contaminacion y mala conducta? Como revertir la situacion para reconducir esas experiencias para los rumbos verdaderamente espíritas? Que hacer con la mayoria de las instituciones, con los malos dirigentes, los malos médiums, malos comunicadores, en fin los malos espíritas? Debemos identificarlos y expulsarlos de nuestros cuadros? Debemos denunciarlos y discriminarlos como hacia la Inquisicion con los acusados de herejia?
Que hacer con los libros que consideramos impuros o inconvenientes al movimento?: debemos quemarlos en plaza pública, censurarlos en nuestras bibliotecas o entonces dejar que la propria comunidad espírita practique el libre albedrio y aprenda a escojer las correctas y adecuadas a sus necesidades?
El Espiritismo fuei ciertamente una doctrina elaborada por Espíritus Superiores y esto nos deja tranquilos en cuanto a su futuro doctrinario. Mas su movimento viene siendo hecho por seres humanos, espíritus todavia inmaduros e inexpertos. Eso realmente nos deja muy preocupados, pues sabemos que, hoy, los enemigos del Espiritismo esta entre los propios espíritas.
Dalmo Duque dos Santos
Versão em espanhol feita por Casa Espírita Kardeciana Bezerra de Menezes – Florida
http://www.spiritist.com/
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